El Vinagre de Manzana y la salud gastrointestinal: una revisión de eficacia y seguridad

Uso tradicional

El Antiguo Testamento e Hipócrates mencionan el uso del vinagre de manzana en combinación con miel para combatir infecciones y proteger heridas abiertas en la piel. Históricamente, el vinagre se ha producido y comercializado durante más de 5000 años. De hecho, hasta el siglo VI a.C., los babilonios ya producían vinagre para su consumo y para usos medicinales. El vinagre es el producto resultante cuando el alcohol etílico se convierte en ácido acético por la acción de bacterias del género Acetobacter. Se puede producir por diversos métodos y a partir de una variedad de materias primas como vino, cebada malteada, alcohol, frutas y sidra. El vinagre de manzana se produce a partir de la sidra que ha pasado por un proceso de bioconversión acética y tiene una acidez relativamente baja (5% de ácido acético). También contiene ácidos orgánicos, flavonoides, polifenoles, vitaminas y minerales.

Vinagre de manzana, salud digestiva y microbioma

El vinagre de manzana contiene ácido acético que puede aumentar la acidez del estómago. Esta mayor acidez ayuda a descomponer los alimentos de manera más eficaz, lo que mejora la digestión y la absorción de nutrientes. Puede ser particularmente beneficioso para las personas con baja acidez estomacal, una condición conocida como hipoclorhidria. 

El ácido acético en el vinagre de manzana puede estimular la producción de enzimas digestivas. Estas enzimas juegan un papel crucial en la descomposición de macronutrientes (proteínas, grasas y carbohidratos) en moléculas más pequeñas para que puedan ser absorbidas por los intestinos. El vinagre de manzana tiene múltiples propiedades antimicrobianas que afectan el crecimiento microbiano y suprimen respuestas mononucleares y fagocíticas de citocinas. El vinagre de manzana contiene ácido acético, flavonoides como ácido gálico, tirosol, catequina, epicatequina, ácido benzoico, vainillina, ácido cafeico, ácido ferúlico y otros. Estos componentes han demostrado influir en la defensa inmunitaria y en las respuestas oxidativas. El vinagre de manzana ha sido reconocido como un suplemento que ayuda en la pérdida de peso, la hiperlipidemia, la hipercolesterolemia, el apoyo nutricional, la defensa antioxidante y la reducción de la presión arterial. El uso de ácidos orgánicos como suplementos nutricionales se considera seguro y puede eliminar bacterias intestinales dañinas. El vinagre de manzana muestra efectos tóxicos sobre ciertos microbios patógenos, pero afortunadamente no afecta la integridad de los monocitos humanos.

El vinagre de manzana contiene pectina, un tipo de fibra soluble que actúa como prebiótico. Los prebióticos son compuestos que alimentan a las bacterias beneficiosas del intestino. Al promover el crecimiento de estas bacterias beneficiosas, el vinagre de manzana podría ayudar a mantener un microbioma intestinal saludable. Algunas investigaciones sugieren que la pectina puede aumentar la abundancia de bacterias beneficiosas como Bifidobacterium y Lactobacillus. El proceso de fermentación utilizado para producir vinagre de manzana crea una fuente rica en probióticos, especialmente si el vinagre de manzana no está filtrado y contiene la "madre". Los probióticos son bacterias vivas que pueden tener un impacto positivo en el microbioma intestinal.

Vinagre de manzana y salud hepática

Se ha sugerido que el vinagre de manzana ofrece varios beneficios para la salud del hígado, principalmente debido a sus componentes bioactivos, en particular el ácido acético y varios antioxidantes.

Propiedades antioxidantes:

El vinagre de manzana contiene polifenoles, como ácido gálico, catequina y ácido cafeico, que tienen fuertes propiedades antioxidantes. Estos antioxidantes ayudan a neutralizar los radicales libres, reduciendo el estrés oxidativo en el hígado. El estrés oxidativo es un factor clave en el daño hepático y en diversas enfermedades del hígado, incluida la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD).

Efectos antiinflamatorios:

La inflamación crónica es un factor significativo a las enfermedades hepáticas. El ácido acético, el componente principal del vinagre de manzana, tiene propiedades antiinflamatorias. Al reducir la inflamación, el vinagre de manzana puede ayudar a proteger los tejidos hepáticos del daño y apoyar la función general del hígado.

Regulación del metabolismo de lípidos:

Se ha demostrado que el vinagre de manzana mejora el metabolismo de los lípidos, lo que puede beneficiar la salud del hígado, especialmente en el contexto de la NAFLD.  El ácido acético puede disminuir la lipogénesis (creación de grasa) y mejorar la lipólisis (descomposición de grasa). Esto ayuda a reducir la acumulación de grasa en el hígado, lo que es crucial para prevenir y gestionar las enfermedades hepáticas grasas. En el hígado, se ha demostrado que el acetato disminuye la acumulación de lípidos y mejora la función hepática, así como que aumenta la eficiencia mitocondrial. En el tejido adiposo blanco, inhibe la lipólisis e induce el "pardeamiento", aumentando la capacidad termogénica y reduciendo la adiposidad corporal.

Control glucémico:

Existen informes que demuestran que el vinagre de manzana mejora la sensibilidad a la insulina y reduce los niveles de azúcar en sangre. Los niveles elevados de azúcar en sangre y la resistencia a la insulina son factores de riesgo para la NAFLD. Al mejorar el control glucémico, el vinagre de manzana apoya indirectamente la salud del hígado al reducir el riesgo de desarrollar enfermedades que pueden estresar al hígado.

Desintoxicación:

El hígado es el principal órgano desintoxicante del cuerpo. Se cree que el vinagre de manzana mejora los procesos de desintoxicación debido a su capacidad para estimular la función hepática y promover la eliminación de toxinas. Aunque este efecto está menos documentado en la literatura científica, se sugiere ampliamente el papel del vinagre de manzana en el apoyo al metabolismo general y a la actividad enzimática del hígado.

Conclusión

En cuanto a la seguridad del vinagre de manzana, una revisión sistemática de 487 artículos de investigación realizada en 2020 llegó a la siguiente conclusión: "El riesgo de efectos secundarios cuando se ingiere en cantidades y formas recomendadas parece ser insignificante"

La evidencia actual sugiere que el vinagre de manzana muestra un gran potencial para apoyar la salud gastrointestinal y hepática en general a través de sus efectos antioxidantes, antiinflamatorios y metabólicos.

Referencias

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